Nuevo Estudio Nacional: Leer y escribir para aprender

Nuevo Estudio Nacional: Leer y escribir para aprender

Leer y escribir para aprender en las diversas carreras y asignaturas de los IFD que forman a profesores de enseñanza media


Resumen ejecutivo

El presente estudio apunta a conocer cómo los profesores de diversas asignaturas y carreras de los Institutos de Formación Docente (IFD) que forman a futuros educadores para el nivel secundario conciben las relaciones entre lectura, escritura, enseñanza y aprendizaje de los contenidos de sus materias.

Asimismo, describe lo que dicen que se hace en sus clases e instituciones para apoyar el trabajo de sus alumnos en las tareas de producción y comprensión de textos que se proponen en los diversos espacios curriculares.

Un aporte de este estudio es precisamente el sistema de categorías desarrollado para el análisis de las prácticas de enseñanza que declaran realizar los encuestados en sus respuestas abiertas. Por un lado, la oposición entre inclusión marginal de la lectura y la escritura en las materias o integración del leer y escribir para aprender con mediación del docente durante el proceso de desarrollo de estas prácticas. Por otro lado, la consideración u omisión por parte del profesor de las interacciones necesarias para favorecer el aprendizaje durante las situaciones de enseñanza: interacción entre alumno y tarea, entre alumno y docente, y entre pares.

Estos resultados indican que, si bien leer y escribir son actividades presentes en las asignaturas de los profesores encuestados, y que algunos de ellos dan muestras de un trabajo destacable, en general la lectura y la escritura suelen recibir un tratamiento marginal o inadecuado si se pretende promover su aprendizaje en  tanto prácticas de estudio específicas de cada disciplina. A su vez, las acciones predominantes a nivel institucional son la creación de talleres o espacios curriculares separados del resto de la enseñanza.

Paradójicamente, el índice sobre los perfiles docentes, elaborado a partir de cruzar los resultados de diversos ítems de la encuesta, señala que los profesores cuyos IFD no cuentan con estos talleres asumen como de su propia incumbencia la lectura y la escritura que se realiza en sus materias.

Estos educadores tenderían a ocuparse en sus asignaturas de cómo sus alumnos leen y escriben dentro de ella. En forma inversa, el índice construido muestra que los profesores de las  instituciones que sí disponen de un taller de lectura y escritura inicial se desligan de ellas porque presumiblemente tienden a depositar en estos talleres la responsabilidad por los modos en que se lee y se escribe. Así, interpretar y producir escritos quedaría disociado  de la enseñanza y el aprendizaje de sus disciplinas.

Las recomendaciones que se ofrecen al final del informe apuntan al diseño curricular y a la formación de los profesores en servicio. En cuanto a lo primero, los resultados justifican porque no se sugiere añadir a los programas de las carreras un espacio curricular adicional encargado de enseñar a leer y a escribir, sino que se propone que cada asignatura integre actividades en las que ciertas maneras de leer y escribir funcionen como instrumentos de aprendizaje de los conceptos disciplinares y, a la vez, sean enseñadas.

En cuanto a lo segundo, a los fines de diseñar acciones de formación de docentes para promover que la lectura y la escritura puedan ser integradas a la enseñanza de todas las disciplinas a lo largo y ancho de las carreras docentes de los IFD, se sugiere ayudar a que ciertas concepciones puestas de manifiesto por los resultados sean reconsideradas en forma simultánea con las prácticas de enseñanza que se desea ayudar a mejorar.

Se recomienda que la formación de docentes en servicio no se base en trabajar teoría ni en ayudar a modificar las concepciones únicamente sino que se propone una formación de largo alcance centrada en las prácticas de enseñanza, para lo cual será preciso ayudar a reconceptualizar las nociones implicadas.

Centrar la formación en las prácticas de enseñanza implicará no sólo contribuir a revisar las existentes sino apoyar la experimentación en las aulas de cada profesor en torno a formas de enseñar que entrelazan la lectura y la escritura con los contenidos disciplinares; asimismo, significará analizar lo ocurrido en clase a través de la teoría pertinente en ciclos sucesivos de aproximación paulatina. Esta formación en servicio habría ser encarada junto con otras iniciativas institucionales, que promovieran el trabajo en equipo y la discusión interdisciplinar.

Dado que este informe también permite asomarse al trabajo destacado que algunos de los profesores encuestados vienen realizando con la lectura y la escritura como  instrumentos de aprendizaje de sus respectivas materias, dar visibilidad a esta labor podría ayudar a consolidarla y difundirla.

En definitiva, los resultados de este estudio aportan al INFD, como institución encargada de elaborar políticas educativas sobre la formación de docentes. Específicamente interrogan sobre contenidos sobreentendidos del curriculum y llevan a preguntarse de qué modos es posible integrar el trabajo con la lectura y la escritura al servicio del aprendizaje de las diversas materias de las carreras, en vez de relegar esa responsabilidad a cursos o talleres puntuales y desarticulados del resto de las asignaturas.

El informe muestra cómo aspectos habitualmente ignorados en lo que se considera la enseñanza de cada materia están siempre de algún modo presentes en ellas, lo cual contribuye al debate sobre qué “contenidos” deberían incluirse en su curriculum, con qué razones y a través de qué actividades. Esto a su vez podría fundamentar decisiones institucionales para diseñar programas curriculares, organizar la formación continua de los docentes y promover otras iniciativas para apoyar, acompañar y sostener en el tiempo la mejora de sus prácticas de enseñanza.

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