Alférez de Navío José María SOBRAL 1880 – 14 de Abril – 1961
El antártico argentino que invernó por primer vez en la historia en el Continente Antártico, es el entonces Alférez de Navío José María SOBRAL, quién permaneció en esas gélidas latitudes durante dos años consecutivos.
Hay ciertos personajes que a veces pasan un poco desapercibidos en la rica historia de nuestro País. Es interesante la historia de José María Sobral no sólo por sus proezas en el continente antártico, sino por todas las actividades realizadas a nivel científico para nuestro País.
Aa 53 años de su fallecimiento y a 134 años de su nacimiento dejamos esta breve reseña de su vida.
Había nacido en Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos el 14-ABR-1880 y su casa natal se conserva aún en la calle San Martín 633 y falleció el 14-ABR-1961 en la Ciudad de Buenos Aires.
Una curiosa coincidencia signó su destino, nació y murió, después de haber vivido 81 años el mismo 14 de Abril, fecha que se recuerda el Día de las Américas.
Era hijo del escribano Enrique SOBRAL y de la señora Maria Luisa ITURRIOZ.
Fue el mayor de una familia de ocho hermanos. En el año 1895 ingresó en la Escuela Naval y egresó como Guardiamarina (Promoción N° 24) en agosto de 1898.
Efectuó el primer viaje de instrucción en la fragata Sarmiento que duró 22 meses entre 1899 y 1900.
Entre 1901 y 1903 participó en la expedición polar del Dr. Otto NORDENSKJÖLD que quedó aislada en la Antártida durante dos años y que finalmente fue rescatada por la corbeta Uruguay en noviembre de 1903.
En el año 1904 pidió la baja de la Armada y viajó a Suecia para estudiar geología en la universidad de Upsala donde se doctoró en el año 1913.
El 06-SEP-1906 se casó con Elna W. KLINGSTRÖM; con ella tuvo nueve hijos (cuatro suecos y cinco argentinos).
En 1914 regresó al país. Fue el primer geólogo argentino con título universitario y el mejor petrólogo a nivel mundial de su época.
A su regreso al país en el año 1914 ingresó en la Dirección General de Minas e Hidrografía donde llegó a ser Director General en el año 1924.
En 1930 fue nombrado Cónsul General en Noruega y a fines de 1931 ingresó como geólogo en YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) donde se jubiló en 1935.
Desde entonces y hasta su muerte en el año 1961 continuó recorriendo el país haciendo estudios geológicos y dando conferencias sobre esos temas.
En todos estos años no olvidó la antártida sobre la cual siguió investigando y en sus conferencias al respecto siempre sostuvo la necesidad de su ocupación pacífica, tanto del continente antártico como de los archipiélagos subantárticos.
Fue autor de importantes libros, entre ellos, «El Futuro de Nuestra Armada», «Problemas de los Andes Australes», «Sobre Cambios Geográficos», «La Frontera Argentino-Chilena en el Canal de Beagle» y «Dos años entre los hielos»; donde concluyó esta última obra con estas palabras:
«El hombre nunca debe contentarse con la victoria adquirida; el éxito no solo no debe ofuscarle sino que debe darle nuevo aliento para atacar lo más difícil, porque precisamente en eso se encuentra el placer de la vida.»
EXPEDICIÓN ANTÁRTICA de NORDENSKJÖLD (Invernada del Alférez SOBRAL)
La Expedición Antártica Nordenskjöld fue planeada originalmente como un viaje de investigación científica, la expedición antártica de Otto Nordenskjöld 1901-1903 además de cumplir con su objetivo, se convirtió en una inesperada aventura.
INICIO DE LA EXPEDICIÓN
Los Congresos Geográficos Internacionales de Londres (1895) y Berlín (1899) estimularon la realización de una gran expedición internacional a la antártida. En ese marco, Argentina se encargaría de la instalación de un observatorio magnético y meteorológico en la Tierra del Fuego para apoyo de la expedición antártica internacional.
El geólogo sueco y experto polar Otto NORDENSKJÖLD organizó una expedición particular para investigación en la península antártica. Otto era sobrino de Adolf Erik NORDENSKJÖLD, geólogo y explorador polar sueco de origen finlandés, quien había logrado atravesar el pasaje noreste y navegar alrededor del continente eurasiático entre 1878 y 1880 a bordo del buque ballenero Vega.
Adolf Erik desde hacía mucho tiempo había querido hacer una expedición antártica, pero como empezó a sentirse demasiado viejo hacia fines del 1800 estimuló entonces a su sobrino Otto a llevar a cabo la primera expedición sueca a la Antártida.
Sangre de pioneros, entre sus parientes hallamos también al creador de la Fuerza Aérea Sueca.
SOBRAL Y LA CIENCIA EN LA ANTÁRTIDA
La expedición del Doctor Otto NORDENSKJÖLD fue apoyada por Argentina que le proveyó víveres y provisiones, a cambio de que admitieran que un representante del Gobierno Nacional se sumara al grupo a instancias del perito Francisco MORENO. El elegido fue José María SOBRAL, joven miembro de la Armada que actuaría como observador meteorólogo, geodesta, efectuando además estudios de biología y reconocimiento geológico.
El 21 de diciembre de 1901 parte de Buenos Aires la Expedición Antártica Sueca del Doctor Otto NORDENSKJÖLD a bordo del «Antarctic».
En Febrero de 1902, NORDENSKJÖLD, SOBRAL y cuatro compañeros desembarcaron en la isla Cerro Nevado (Snow Hill) donde armaron una casilla de madera prefabricada en Suecia.(*)
Allí permanecieron durante todo el invierno efectuando observaciones meteorológicas, estudios de magnetismo, trabajos de biología y reconocimientos geológicos.
Entre las tareas desarrolladas, el grupo realizó una expedición hasta las proximidades del Circulo Polar Antártico.
Durante esta excursión los expedicionarios caminaron más de 600 kilómetros en territorios desconocidos para el hombre.
Luego de un invierno de intenso trabajo, los hombres esperaban la llegada del Antarctic, buque que los llevaría de regreso.
Sin embargo, el barco había sido atrapado por el hielo.
NAUFRAGIO
Cuando el Antarctic navegaba para buscar a los invernantes a principios de 1903, naufragó en el mar de Weddell.
El capitán Carl LARSEN y 19 miembros de la tripulación buscaron refugio en la isla de Paulet, donde construyeron una pequeña cabaña de piedra.
En los días previos al naufragio, el segundo jefe de la expedición había desembarcado junto con otros dos hombres para intentar llegar hasta la cabaña desplazándose sobre el mar congelado.
Una franja de mar abierto impidió el avance de este grupo, así que ellos también debieron improvisar un albergue para sobrevivir en el sitio que hoy se llama bahía Esperanza.
Sorpresivamente, entonces, los integrantes de la primera expedición sueca a la Antártida quedaron divididos en tres grupos sin comunicaciones, con muy escasas herramientas y limitadísimas provisiones. Luego de un penoso invierno, el 8 de Noviembre de ese año una misión argentina de salvamento dirigida por el teniente Julián IRÍZAR, a bordo de la corbeta Uruguay rescató al contingente y lo llevó de regreso a Buenos Aires.
REFLEXIONES DE LOS APUNTES DE SOBRAL
El día 14 de abril de 1902, cuando cumplía 22 años de edad recordando el aniversario de su nacimiento en el refugio que lo cobijó durante los dos años de permanencia en la Antártida, en Cerro Nevado; escribió en sus apuntes, reflexiones con nostalgias sobre su familia, que decía:
«Son las 2h 30m, estoy de guardia, una taza de té por delante. Pienso en mi casa, en mis queridos viejos y hermanos. A esta hora estarán durmiendo, tal vez mi madre despierta pensando en mi. Con cuanto gusto estaría a su lado para abrazarlos. Hoy es mi cumpleaños. Cumplo 22. Por esta misma razón pienso que mi madre está despierta pensando en mi. Cuanto deseo verlos!. Pero me conforma la idea que para sentir la dulce sensación de verlos después de mucho tiempo tiene que suceder la separación, tiene que suceder este sufrimiento. El que no sufre no puede experimentar el placer de dejar de sufrir… el viento sopla en borrascas… todo el resto del día fue muy feo es uno de los días más desagradables que he pasado.»
Este gran hombre, emitió el siguiente juicio de valor sobre las exploraciones polares:
«No hay que juzgar a las exploraciones solamente por sus resultados, sino por sus esfuerzos y teniendo en cuenta las circunstancias en que estas fueron hechas.»
Libro en donde se puede ampliar la información
FUENTE: Fundación Marambio