Docentes Destacados – Prof. Ada Ponzo

Docentes Destacados – Prof. Ada Ponzo


El 1º de octubre nos dejó la Prof. Ada Ponzo, trascendiendo este plano hacia otro, pero dejándonos sus palabras, colmadas de sentido, de enseñanzas y sin duda de emoción. La Dirección de Educación Superior, despide en un abrazo y un HASTA SIEMPRE QUERIDA ADA a un referente transmitiendo sus propias palabras, en el marco de un merecido homenaje a docentes destacados del Nivel Superior, en el que recibiera un premio por ello y al final nuestras palabras de recuerdo:

 

 

Prof. Ada Ponzo, ejemplo de pasión y compromiso

Trabajar en Superior

Hace un par de semanas recibí, por intermedio de un profesor amigo, una carta de una joven que alguna vez fue mi alumna en el Nivel Secundario, y más tarde en el Nivel Superior. Su carta dice:

“Te quiero mucho Ada, profe de la vida… Gracias por todo lo que me has enseñado, guardo maravillosos recuerdos con muchísimo cariño!. Ah!!. Me olvidaba… tengo un título nuevo para que me entregues, el de Licenciada en Administración de Empresas. Cuando tenga la fecha de colación, te aviso. Te quiero mucho, mucho y siempre estás en mi corazón. Besitos. Tu eterna alumna: Cintia.

Recuerdo, como si fuera hoy, las difíciles circunstancias de vida que Cintia tuvo que atravesar en su época de estudiante. Y recuerdo, también, como decidimos asumir  juntas el desafío de no abandonar la lucha y de poner todo el empeño y el esfuerzo necesario para que ella lograra cumplir sus  sueños y objetivos más preciados.

Apelo a las hermosas palabras de Cintia, que me emocionan profundamente, pues creo que ellas, de algún modo, expresan la forma en la que traté de desempeñar, a lo largo de los años, mi rol como docente. Por esta carta, y por muchas otras situaciones vividas, es que puedo decir que mi experiencia profesional, especialmente en el Nivel Superior, fue maravillosa y que sin dudas me ha dejado lecciones, desafíos y valiosos aprendizajes. Vienen ahora a mi memoria mis inicios como docente en el Nivel Superior en la Provincia de  Mendoza, en la Escuela Tomás Godoy Cruz. Rescato muchos y buenos momentos de lectura, de estudio, de trabajo en equipo con otros colegas, de intensa producción, con el enorme reto de llevar esos nuevos aprendizajes a la práctica en el aula. Intenté que estos momentos se replicaran muchas veces a lo largo del tiempo, como único modo de generar nuevas experiencias que pudieran enriquecerme como docente y contribuir a la formación integral de mis alumnos/as. 

Recuerdo también mi labor en la Dirección de Educación Superior, como Coordinadora de Formación Inicial, fue una labor compleja, de la que participaron activamente los IFDC, que implicó cierres y aperturas,  aceptaciones y rechazos…

En la actualidad, sigo trabajando en el ITU, y tengo el honor de seguir participando como colaboradora en misión especial en la gestión actual de la Dirección de Educación Superior. Admiro la intensa y comprometida labor de todo este equipo de profesionales de la educación, que ponen “mente y corazón” al servicio dela Educación Superiorde la Provincia. En síntesis… cada institución, cada carrera, cada grupo con el que trabajé y cada función de gestión asumida en el Nivel Superior, fueron conformando esta “experiencia”, que ha dejado en mí huellas imborrables tanto en el plano personal como profesional. Me resulta imposible pensar en posicionar mi labor profesional (ya sea en espacios de gestión o de práctica en el aula), desde un lugar de poder y de distancia excesiva.  

El premio que he recibido, creo, es el respeto y el afecto que me han demostrado en el tiempo muchos de  mis colegas y alumnos/as, quienes tal vez han podido sentir que mis preocupaciones y contribuciones han sido un granito de arena más para la mejora de  la formación docente y técnica superior de la Provincia.   

Dos referentes…

Uno es Enrique Pichón Rivière. Sus pensamientos y la experiencia vivida como alumna en la Escuela de Psicología Social, en Buenos Aires, han marcado profundamente  mi forma de “ser” persona y de “ser” docente.

 

El otro referente, es un referente que marcó mi vida, a partir del año 2006. Se llama Tomi, y es mi nieto. El me enseñó que vale la pena luchar por la vida, me enseñó de verdad lo que es ser valiente.  Me hizo más sabia, me ayudó a saber establecer mejor las prioridades de la vida…Me hizo mejor persona.

En clase:

Lo que trato de NO decir ni hacer…

No recito mis credenciales, no hablo de lo que NO espero de ellos/as sino de lo que espero, trato de NO generar un clima de rigor, poder o desconfianza sino que intento crear un ambiente de confort comunicativo, que abra las puertas  al aprendizaje. O, tomando las palabras de José Bleger, al “enseñaje”. Siempre las primeras palabras y las primeras actividades que planteo apuntan a comenzar a conocerlos/as, a que me conozcan, a motivarlos/as. Me encanta también utilizar el humor, que distiende y ayuda a crear un ambiente agradable de trabajo colaborativo.          

Dos experiencias significativas

En la primera de ellas, yo ya tenía mi título de Profesora en Ciencias de la Educación, ejercía la docencia en la Universidad y era a su vez alumna de la Escuela de Psicología Social “Enrique Pichon  Rivière”, en Buenos Aires.  En una oportunidad, en una instancia de Evaluación en la Escuela, la consigna era comparar algunas concepciones  de Sartre, Kurt Lewin, Freud y Pichón Riviere y luego expresar esta comparación, ante los/as restantes compañeros/as, de un modo “creativo”. Recuerdo que luego de estudiar muchísimo, realizar las comparaciones y relaciones entre estas teorías, etc., escribimos una “payada”. En la presentación, cada autor (integrantes del grupo), cantaba sus versos y retrucaba, acompañado por el sonido de una guitarra. Fue la evaluación más enriquecedora desde el punto de vista conceptual, así como la más divertida de mi vida!!! Esta vivencia dejó en mi una huella que jamás olvidé: me permitió confirmar que es posible evaluar sin posicionarse en un lugar de  poder que enturbia el mágico acto de enseñar y aprender, que es posible ser evaluado sin que se genere sufrimiento, stress o angustia y que las evaluaciones deben constituirse en instancias ricas y significativos dentro  del proceso de aprendizaje.

La segunda experiencia ocurrió en la actual Universidad Nacional de la Patagonia Austral de Río Gallegos. Allí me tocó estar a cargo de una Unidad Curricular (“Dinámica de Grupos”), en una carrera para la formación de Directores Técnicos de Futbol. El cursado era nocturno y justamente en ese semestre prácticamente en todas las clases se cortaba la luz en todo Río Gallegos. La primera vez, me pidieron seguir la clase a oscuras. La siguiente clase, todos trajeron velas y seguíamos la clase con las velas prendidas. Y así fue, durante todo el semestre… con intenso frío (las calderas no prendían  pues los termostatos funcionaban con electricidad), rugiente viento y alumbrados por la luz mortecina de las velas! Fue ese grupo el más comprometido, participativo, estudioso, pensante  y cumplidor a quien tuve el lujo de enseñar. Salíamos siempre mucho más tarde del horario establecido parala clase… ¡No querían irse!

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Querida y valorada Ada, quienes tenemos hoy el honor de recordarte con estas palabras, querríamos decir demasiadas cosas…Hay algunas que te describen tal como quisieras que te recordemos…Tu incansable terquedad ante los obstáculos de la vida que te hicieron una luchadora como pocas, gracias por enseñarnos que se debe luchar ante todo, aun sin la certeza de poder vencer. Tu genialidad, alegría y humor particulares, que nos hacen despojarnos la tristeza para poder reír a carcajadas, todavía con vos. Tu generosidad sin medida en todos los ámbitos de la vida, el laboral, el personal, el afectivo. Tu creencia en los “seres de luz” que guían y acompañan el camino y te ayudan a sobrellevar las cargas. Maestra, guía, referente que siempre tenía palabras certeras, inteligentes y afectuosas para quienes compartimos tiempo con vos, hoy nos quedamos sabiendo que siempre fuiste aquí, el “ser de luz”  de muchas personas que tuvimos el privilegio de compartir con vos tantas cosas. Y hoy sos el ser de luz desde allí. Ada, vaya por siempre el cariño entrañable que supiste sembrar, el recuerdo que te aseguramos que no se desvanece  y el eterno gracias, MAESTRA Y PROFESORA DE LA VIDA.



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