Compartimos la experiencia de una de las talleristas del programa “Acompañar: Puentes de Igualdad II” de la zona centro, Lorena Días, que, junto al referente territorial, Matías Vílchez, nos cuentan cómo se está implementando el programa y qué beneficios aporta a los departamentos de Guaymallén, Godoy Cruz, Maipú, Luján de Cuyo y Ciudad de Mendoza.
El Programa “Acompañar: Puentes de Igualdad II” se implementó en 200 escuelas a partir del segundo semestre, con la vuelta a la presencialidad. Promovido por el Ministerio de Educación de la Nación, La Dirección General Escuelas (DGE) y la Coordinación General de Educación Superior (CGES), tiene como principal objetivo sostener y atender las trayectorias educativas debilitadas dentro del sistema obligatorio, como consecuencia de la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19.
Para promover un abordaje territorial que contemple y sepa responder a la realidad de cada departamento, las escuelas que recibieron al programa se dividieron por zonas: centro, sur, norte y oeste. La zona centro trabaja con 78 escuelas de nivel primario y secundario, y abarca los departamentos de Guaymallén, Godoy Cruz, Maipú, Luján de Cuyo y Ciudad de Mendoza. En cada institución, becarios y tutores del programa, trabajan desde agosto realizando acompañamiento y seguimiento de niños/as y jóvenes con trayectorias educativas debilitadas.
“El programa se implementó en escuelas que reciben poblaciones en situación de vulnerabilidad económica, en la que muchos alumnos no tienen acceso para satisfacer sus necesidades básicas y presentan dificultades en sus procesos de aprendizaje”, explicó Matías Vilchez, coordinador territorial de la zona centro. “Con la pandemia, los chicos que no tenían acceso a internet se fueron atrasando. Sin embargo, gracias al Programa Acompañar, se pudo ayudar a esos chicos y avanzar enormemente en un corto período de tiempo”.
“Y creo que este es el aspecto más positivo del programa: el acompañamiento que reciben los alumnos que tienen dificultades en el aprendizaje. Los becarios han puesto lo mejor de sí para ayudarlos, no solo desde lo educativo, también desde lo personal”, destacó Matías Vilchez, referente territorial.
La experiencia de Lorena en su primer trabajo como docente
El “Programa Acompañar: Puentes de Igualdad II” no solo beneficia a las niñas, niños y jóvenes que reciben acompañamiento y apoyo escolar, sino también posibilita el aprendizaje, la experiencia y el primer contacto de muchos estudiantes del nivel superior de carreras en formación docente con las escuelas y entornos en los que desarrollarán su futuro profesional, una vez que se reciban.
Acaso la primera oportunidad de empezar a transitar la profesión que eligieron, como relata Lorena Días, una de las talleristas de la zona centro, que decidió sumarse al programa para empezar a ganar experiencia como docente en el nivel inicial.
“Decidí entrar para empezar a tener experiencia con los chicos, con las planificaciones, y aprender junto a la comunidad docente cómo funciona una escuela”, manifestó Lorena, mamá y feliz egresada, que acaba de recibirse en el IES 9-023 sede Rodeo del Medio de Profesora de Enseñanza Primaria.
Lorena trabaja junto a niños y niñas de 6 y 7 años, a los que les tocó en sus primeros años de escolarización, comenzar su cursado en forma virtual, producto de la pandemia. “Creo que los chicos de primero y segundo grado, que el año pasado no tuvieron clases presenciales, son los que más han sentido esta situación. Los niños que ahora están en primer grado, al no poder asistir a la sala de 5 necesitaban mucha ayuda en alfabetización, y los que hoy están cursando segundo grado, venían muy atrasados en los contenidos”, remarcó.
Por esto la importancia de la implementación del Programa “Acompañar: Puentes de Igualdad II”, apoyando las trayectorias educativas debilitadas y brindando herramientas concretas para asistir las necesidades de aprendizaje de cada alumno/a.
“En los dos grupos que me tocaron me encontré con chicos que pusieron mucho esfuerzo, han avanzado un montón desde agosto, mes en el que comenzamos, demostrando que el acompañamiento les sirve, los entusiasma. Son muy participativos, respetuosos, y hemos podido ayudarlos en la alfabetización, que en estos grados es lo principal, ahí focalizamos nuestro trabajo”.
“Cuando comencé a trabajar como tallerista, encontré muchos chicos con dificultades de escritura, lectura, matemática, y con el pasar del tiempo, en estos meses, hemos notado los avances. Ya pueden leer de manera más fluida, reconocer letras, números, y yo creo que, si siguen así, para fin de año lograremos los objetivos que habían propuesto las docentes para cada curso”.
“Lo más valioso que me llevo de este tiempo trabajado, es la importancia de planificar en la diversidad, porque no todos los chicos aprenden de la misma manera. Si bien todos tienen la misma edad cronológica, no todos están en el mismo nivel. Es algo que vemos y analizamos con las docentes con las que estamos trabajando, es fundamental planificar de acuerdo al contexto de cada chico, familiar o económico, basándose en sus aprendizajes previos. En la escuela en la que estoy, la docente del curso trabaja de esta manera y puedo ver lo efectivo de este recurso, porque cada alumno avanza según sus propias posibilidades”.
“En cuanto a la comunidad educativa, la escuela tiene un grupo de docentes que se ayudan mucho, y de esta experiencia he podido rescatar la importancia de la labor en equipo. Esas son las dos herramientas más importantes que me llevo de mi experiencia como tallerista: el trabajo en conjunto con toda la comunidad educativa, docentes, padres, directivos, y la importancia de trabajar en la diversidad de los chicos”, rescató Lorena Días, tallerista del Programa Acompañar: Puentes de Igualdad II, demostrando que el aprendizaje que deja el proyecto, nutre a toda la comunidad.