Muestra del fotoperiodista francés Jacques Grison
Alianza Francesa de Mendoza
«Ponemos el acento en todo»
La sala de arte de la A.F.
presenta la muestra
NOUS N’IRONS PLUS À LA MINE –
LES DERNIERS MINEURS DE CHARBON
del fotoperiodista francés Jacques Grison.
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Jacques Grison posee una trayectoria atípica. Nació en 1958 a Verdun, tierra emblemática de sufrimiento y de reclusión en las trincheras en los días de la Primera Guerra mundial. Jacques Grison emprende estudios científicos antes de entrar al conservatorio de Arte dramático de Nancy. De este período conserva un gusto pronunciado por la búsqueda y la lógica científicas, atemperado a veces por una fascinación por las emociones humanas que aprende a controlar o disimular; esto lo conduce a convertirse en educador especializado en un hospital psiquiátrico donde se encuentra confrontado al dolor, lo irracional y la violencia de los sentimientos.
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Es entonces, cuando en 1981 el azar le permite satisfacer su pasión por la fotografía colaborando en el servicio fotográfico de los hospitales de Paris donde se afirma rápidamente como especialista en el área de la salud: fotografía de ilustración con fines científicos, reportaje sobre la terapia génica o sobre la saga del genoma en Francia. Domina perfectamente todas las técnicas fotográficas y se interesa a partir de ese momento en temas documentales que implican a la vez una gran competencia científica en el área concernida, una delicadeza en la aproximación al otro, una discreción de todos los instantes y de una constante empatía: retratos de niños con multidiscapacidad, sobrevivientes del geto de Varsovia, víctimas de enfermedades.
Cuando el Ministerio de Cultura y Comunicación se compromete en esta gran campaña fotográfica sobre la juventud en Francia, es particularmente interesante proponerle un proyecto sobre el último día de trabajo de jóvenes en las minas de carbón de Lorraine, su región de origen.
«Grison conoce perfectamente las tradiciones, las costumbres, los ritos, pero también la camaradería, las supersticiones y el peligro en este universo cerrado. El va a documentar con precisión y complicidad este último día desde el alba que uno contempla en todo su esplendor (arriba del escorial), hasta el regreso a los vestuarios donde la lámpara será dejada para siempre. Este trabajo sorprende en razón del dominio del color y del juego sobre la profundidad del campo; vigilancia, gestos retenidos, economía de medios, increíble tornasol de colores y largas pausas. Jacques Grison se enfrenta a todas las dificultades inherentes a un trabajo bajo tierra y en un espacio confinado. Declina cada episodio de este último descenso al pozo con el pudor y la reverencia que debemos a todos aquellos que no regresarán nunca más a la mina.” Agnès de Gouvion Saint-Cyr – curadora