El desarrollo profesional de los docentes y técnicos constituye una estrategia fundamental tanto para renovar su oficio, como para responder a las nuevas necesidades de la sociedad, atendiendo a la complejidad de la tarea de enseñanza y de mediación cultural que realizan en sus diferentes dimensiones política, sociocultural y pedagógica; y a las condiciones socioproductivas del entorno en el que se desempeñan, respectivamente.
La formación es un proceso continuo y de larga duración que no se agota durante la fase de la formación inicial. El ejercicio profesional se encuentra permanentemente demandado por los cambios y avances que se operan en las diferentes esferas de la sociedad, la cultura, la política, las tecnologías, el conocimiento científico.
Desde el área se concibe a la formación permanente como un modelo de formación centrado en el desarrollo -que entiende al docente como un trabajador intelectual comprometido en forma activa y reflexiva, capaz de fortalecer su trabajo en decisiones de enseñanza que ponen en juego su autonomía y responsabilidad-. En contraposición a un modelo instrumental, carencial donde subyace la idea de un docente con carencias, ineficaz, con déficit que deben ser corregidos.
En un sentido equivalente, concebimos a los técnicos como profesionales capaces de desarrollar sus prácticas con autonomía y responsabilidad, dando cuenta de sus fundamentos en conocimientos que actualiza permanentemente. Es así que la Res. CFE Nº 47/08 en el número 62 afirma: “La diversificación es entendida como una formación inicial en una profesión técnica cuyo perfil profesional tiene amplio espectro ocupacional, e implica una trayectoria formativa que debe asegurar el desarrollo del conjunto de capacidades profesionales propias del perfil profesional elegido y el nivel de complejidad necesario como para permitir altos niveles de autonomía y responsabilidad.”
Otro aspecto que merece destacarse es el alcance con el que se comprende el desarrollo profesional, un alcance que se amplía en relación a la tradicional idea de desarrollo profesional de la DES. Se trata de la comprensión de que la formación permanente centrada en el desarrollo debe ser a la vez docente y técnica. Es decir que la institución debe atender a la formación inicial y continua de los agentes que se desempeñan en el sistema educativo y a la producción de saberes sobre la enseñanza, la formación y el trabajo docente, y también a la formación inicial y continua de los actores del mundo del trabajo y socio productivo, y a la producción de conocimientos específicos y especializados de su área de incumbencia profesional.