Educación Superior conmemora el Día Internacional de la Enfermería celebrando un crecimiento en la matrícula de la carrera y compartiendo experiencias de vida de enfermeras que se recibieron en el Nivel Superior.
En el Día Internacional de la Enfermería, Educación Superior conmemora y reconoce la labor de los y las enfermeras mendocinas, celebrando el incremento de aspirantes a la carrera en los últimos 5 años y felicitando a los nuevos profesionales egresados del Nivel Superior, que con dedicación velan por la salud de la comunidad a diario, trabajando en la promoción, prevención y asistencia de personas en hospitales y centros de salud de toda la provincia.
Una profesión que, tras ser declarada “carrera prioritaria” (2018-2022), creció en su matrícula y se expandió territorialmente, gracias a la apertura de nuevas sedes y a la inversión en equipamiento, tecnología y capacitación docente. Una inversión que dio sus frutos y que permitió que Mendoza posea personal capacitado para afrontar el operativo de vacunación más grande de su historia, contra el COVID-19, junto a estudiantes de enfermería próximos a recibirse, que se inscribieron en forma voluntaria para participar.
Como explicó Liliana Cuello, coordinadora provincial de PRONAFE: “Hay un incremento importante en el interés social por desarrollar esta carrera, y esto lo percibimos en la cantidad de inscriptos que tenemos por institución, que supera la cantidad de alumnos que cada cohorte puede admitir”, señaló la referente, destacando que los institutos privados en el 2023 abrieron una nueva cohorte de primer año para cubrir la gran demanda, que este año fue muy importante y saturó el cupo disponible en IES de gestión estatal.
A la fecha son 3.200 los estudiantes matriculados en la carrera de enfermería, que se dicta en 22 instituciones, tanto de gestión estatal como privada, distribuidas en toda la provincia. Desde abril del 2020 a marzo del 2023 la carrera cuenta con 432 egresados en toda la provincia. Cuello destacó en este sentido: “Por eso ya no hace falta que sea una carrera prioritaria, tenemos 22 instituciones que dan egresados del Nivel Superior en forma forma permanente, y con esto la cantidad de personal sanitario que absorbe la provincia está cubierta, a esto hay que sumarle también los egresados de universidades”.
La carrera de Enfermería Profesional posee tecnología, simuladores y laboratorios en cada una de las instituciones en las que se dicta y recibe apoyo del Programa Nacional de Formación en Enfermería (PRONAFE) que año a año otorga mochilas técnicas a los estudiantes y promueve la capacitación docente a través de distintos cursos.
Además, Mendoza posee el Centro Regional de Simulación Clínica, el segundo centro de simulaciones más grande del país, que funciona en el IES N° 9-026 de la Patria Grande y recibe a estudiantes de todos los IES provinciales y de la zona de Cuyo, posibilitando que realicen sus prácticas profesionalizantes en escenarios seguros, con simuladores críticos y de mediana complejidad, permitiendo el entrenamiento en habilidades y conductas fundamentales, aprendiendo a resolver y atender diversas situaciones médicas e imprevistos con robots, antes de llegar a un hospital.
“Nuestros alumnos de enfermería están preparados para brindar una atención integral al paciente, no solo en los procedimientos técnicos, sino también brindando empatía y apoyo emocional. Desarrollan habilidades a lo largo de la carrera para poder estar junto a los pacientes en todo el periodo vital, desde el nacimiento hasta su vejez”, destacó Liliana Cuello, coordinadora provincial de PRONAFE.
Enfermeras en su día: experiencias de vida que inspiran
Se ubican siempre al frente, trabajando 24 horas para proteger la salud y el bienestar de la sociedad, con dedicación, empatía y entrega. Aportan su experiencia y acompañan a las personas a lo largo de toda su etapa vital, los y las enfermeras, merecen un reconocimiento especial en su día.
Para conmemorar su labor entrevistamos a tres enfermeras que se titularon en el Nivel Superior y les pedimos que compartan algunas de sus experiencias más fuertes o gratificantes, y que nos cuenten cuáles consideran que son hoy los valores más importantes en su profesión.
Gemina Glafre tiene 30 años, estudió Enfermería Profesional en el Instituto Reinalda Balancini y actualmente se desempeña en la Clínica Santa Clara, donde nos cuenta que viene trabajando junto a la Fundación San Andrés en recuperación de pacientes con neuropatía post-COVID.
“Como enfermera, mi experiencia más fuerte la tuve cuando participé de la campaña de vacunación contra el COVID-19”, rememora Gemina, que durante su último año en la carrera se sumó al operativo masivo que se desplegó en toda la provincia. “Conocí a compañeros y profesionales, personas únicas que aportaron su conocimiento y me ayudaron en todo”, destacó.
“Lo que más me llamó la atención y me marcó fue el acto humanitario tan grande que se llevó adelante durante la vacunación, y luego, tratar con pacientes que estaban en un estado avanzado de la enfermedad, acompañando a muchos en su recuperación, porque hubo muchas personas con neuropatías post-COVID que quedaron prácticamente sin movilidad, hubo que asistirlos para que comiencen a moverse, empiecen a conocer su cuerpo nuevamente y vuelvan a caminar, pasamos por momentos muy lindos y muy tristes al mismo tiempo, pero lo mejor de esto es que mostró la profesionalidad y la humanidad en cada uno de nosotros”.
“Al ser enfermera día a día vas creciendo, aprendiendo nuevas técnicas y curaciones, sobre enfermedades latentes, es un desafío diario que te lleva a formarte constantemente y mejorar”, esos son los valores que rescató Gemina sobre su profesión, una labor que exige una capacitación constante para estar a la altura de los nuevos desafíos que se presentan.
Teresita Checuz, 49 años, estudió en el IES N° 9-026 de la Patria Grande. Se recibió en el año 2021 y actualmente trabaja en el Centro Integrador Comunitario N°2 como enfermera en Atención Primaria de la Salud.
“El desafío más grande, en mi caso, fue el de la edad. El hecho de estudiar de grande, el hecho de no saber si iba a poder con todo, el hecho de no saber si iba a conseguir trabajo una vez recibida, porque bueno, la edad es un condicionante importante a veces en el ámbito laboral, tenía un montón de miedos que fui superando”, nos cuenta Teresita, sobre un desafío que a muchos les toca atravesar al momento de plantearse una nueva profesión a determinada edad. “Pero como siempre digo, para la vocación no hay edad y no hay tiempo, porque cuando encontrás la carrera o la profesión que verdaderamente amás, sos capaz de vencer todos esos prejuicios y seguir adelante”.
Teresita era Comunicadora Social y durante 20 años ejerció dicha profesión, pero un día hizo un “clic” en su carrera: “Pensé, la docencia ya no es para mí. Empecé con un curso de Payamédico, que fue lo que me llevó a intervenir en distintos hospitales, y ahí descubrí mi verdadera vocación”.
“Una tarde estaba esperando para entrar e intervenir como payamédico en una de las salas del Hospital Español, estaba justamente frente a la Sala de Enfermería y habían dos enfermeras muy jovencitas, cuando vi ese amor, esa dedicación con la que preparaban en ese momento la medicación para los pacientes, me dije: tengo que ser enfermera, y el destino, la suerte, Dios, como quieras llamarlo, me fue guiando, me inscribí en el instituto, rendí el ingreso, aprobé y en tres años hice la carrera”.
Un valor fundamental, destaca Teresita, es la empatía. “Ponernos en el lugar del otro, pensar cómo se sentiría. La persona que se acerca a un centro de salud u hospital tiene un problema de salud, y nosotros, como enfermeros, tenemos que escucharla, acompañarla y de ser posible, contenerla”.
“Más allá de la técnica, más allá de los conocimientos que tengamos para poder solucionar o no el problema, yo creo que la parte humana es fundamental. Siempre cito una frase que dice que ‘El paciente que nosotros recibimos es el hijo de alguien, la madre de alguien, el amor de la vida de alguien’. Entonces, tenemos que tratarlo con la importancia que merece, creo que por ahí pasa el verdadero sentido de la enfermería”, concluyó Teresita.
Mariana Vidal tiene 42 años, estudió en el IES N° 9-015 Valle de Uco, egresó en el año 2019 y pandemia mediante, pudo recibirse en el año 2021. Sobre sus experiencias más gratificantes como enfermera, Mariana también rescata su participación en el operativo de vacunación contra el COVID-19.
“Ser parte de esa campaña fue una de las experiencias más bonitas que me tocó como estudiante de enfermería, además de conocer grandes colegas, hoy por hoy, haber sido parte de eso, para mí fue muy grande. Éramos parte de algo que estaba sucediendo a nivel mundial, de lo que todo el mundo hablaba: qué vacunas habían salido al mercado, cuáles se colocaban, etc, fue algo histórico”.
En relación a su profesión, Mariana eligió motivar a aquellas personas que quieren estudiar Enfermería Profesional, pero no terminan de decidirse. “Se puede estudiar, cuesta porque cada uno lleva a la par una vida laboral, una familia, y a la vez la vida estudiantil puede ser difícil de conjugar, pero se puede. Es una carrera muy noble, al servicio del otro, y la recompensa que te da ser parte de una situación en la que las cosas salen bien, cuando una familia viene y te agradece, cuando un paciente te da la mano… También hay momentos duros, y somos los enfermeros los que estamos a la orilla de la cama, somos nosotros los que le damos la mano al paciente para darle la fuerza que se necesita… Como digo, es una profesión muy noble”.